martes, abril 18, 2006

El porvenir del culo



Hace tiempo que tengo una especie de rabia contenida en contra de aquellos personajes que creen que están resguardándonos de la maldad, de la inmoralidad, de la suciedad y todas esas cosas con las que ellos se ganan la vida. Acaparan páginas de diarios, programas de televisión, y lo que es peor acaparan poder; un poder que no saben ocupar, nada más que para sus propios y cabrones intereses.
Me da la impresión que son personas que no tiene mucho que hacer en sus vidas, seguramente, hacen la dinámica del zancudo, y les chupan la sangre a sus seudo honorables socios de la agrupación. ¿Será acaso que tienen una comunicación especial y egoísta con alguna deidad?, ¿será que son los nuevos enviados del señor? Algo así como el pariente lejano de Jesús; pero mi duda más aterradora es ¿quién mierda se creen que son?.
Si ellos creen que ciertas cosas, creaciones, acciones, circunstancias, etc son malas para la sociedad, por favor no generalicen, no piensen que le hacen un bien a todos, sólo piensen en ustedes y sus familias, no piensen en los demás hay gente que ni siquiera cree en Dios y ustedes los resguardan, mientras que lo único que se quiere es ser libre, poder hacer lo que se quiera con sus propias vidas.
Es absurdo que ellos decidan lo que uno puede o no ver, hacer, querer, desear, etc. Han jodido tanto por la píldora del día después; además entre otras cosas, hueviaron tanto para que no viniera Tunick, tanto para que no se diera la última tentación de Cristo en Chile, y lo consiguieron por un tiempo, pero las generaciones van cambiando, estamos en una generación casi de libertinaje de pensamiento, sólo es cosa de escuchar el programa del Rumpy, me imagino que ellos no lo escuchan, ¿por qué? Bueno, aparte de todos esos cuestionamientos intolerables, la repuesta es fácil, simplemente porque no prenden la radio, o más fino aún, no la sintonizan, mientras dura el programa;¿por qué no hacen lo mismo con las obras de arte, con las películas, las acciones y los pensamientos en general? Si lo encuentran ofensivo, aléjense, váyanse a una isla, formen un país independiente, vayan a hueviar a otro lado, a mí y los que creemos en las libertades ordenadas, no nos caguen la vida, no dispongan de nosotros, ya nos vasta con que intente disponer la Iglesia, asociaciones patéticas no queremos.
Si a sus hijos quieren impregnarles valores, moralidad y todas esas cosas que lo único que consiguen es ser prisioneros de la conciencia, háganlo con ellos, métanlos a colegios donde les enseñen a rezar antes que a tolerar y respetar las elecciones de las demás personas, o a conventos, que sería una buena solución, para que no se reproduzca más este tipo de seres caga vida ajenas; encárguense de ellos, de mantenerlos en esa burbuja, pero no nos hueveen a nosotros, los que queremos conocer la realidad y ser partes de este mundo, adáptense
Para finalizar, y solidarizando con esta eventual adaptación que bastante falta les hace, les podría proponer algunos nombres; podría ser porvenir de nuestra agrupación, porvenir de nuestra familia, porvenir de unos pocos, y por último, si tanto les molesta y tanto les preocupa, llámense el porvenir del culo.

domingo, abril 02, 2006

Intereses inconscientes

Mucho se pregona por la vida, que uno tiene que hacer las cosas desinteresadamente, que no hay que ser interesado, que hay que hacerlas sin esperar nada a cambio, y todas esas cosas con las que te envenenan la cabeza; pero con el correr del tiempo, me he dado cuenta que eso es casi imposible, por no decir imposible a secas, y lo digo porque desde el acto más noble, al más canalla que realicemos, siempre lleva un interés por conseguir algo, que puede ser oculto o explícito. Por lo anterior, creo que los dichos mencionados, deberían cambiar, o mejor dicho adecuarlos a la altura de las circunstancias, o sea, decir “no tengas intereses malos”, o “no tengas intereses tan ambiciosos por hacer lo que haces”, si lo que queremos es mejorar los sentimientos, pero creo más fielmente que adecuados o no, suenan siúticos, y solo sobran en el vocabulario colectivo de las que se hacen llamar personas.
Pienso, que reconocer que los intereses nos pertenecen y los vamos cargando día tras día, va trasparentando las relaciones humanas que cada día se hacen más insostenibles, por la banalidad que las rodea, por ese sentimiento individualista, que se ha encargado de carcomer la vida en sociedad (me refiero a sociedad como conjunto de personas, y no como entidad imponente de reglas que están al límite de lo obsoleto).
Los intereses, por muy saludables que sean, son intereses al fin y al cabo; similar a una mentirita blanca, que es mentira a toda costa, no importando el color que se le adjetive; los calificaré según su calidad como piadosos, medios, sucios y misceláneos. Un ejemplo de interés sano o piadoso si así se le puede llamar, sería el sentirse bien consigo mismo, que se daría por ejemplo al ayudar a cruzar la calle a alguien o ayudar a transportar bolsos pesados, otro sería intentar humanizar el mundo, que se daría cediendo el lugar (especialmente a los autos que quieren meterse en una fila interminable), ayudando sin que sea solicitada la ayuda, etc. Un ejemplo de interés medio sería cuando se hacen favores sin nada a cambio en el momento, pero abonando la cuenta corriente de favores por pedir a futuro (es decir cuando se cobran favores). Un ejemplo de interés sucio, es cuando ya se exige el vil pero necesario dinero a cambio. Ejemplos de intereses misceláneos, serían las actividades que realizamos a diario y que no involucran a terceras personas, como por ejemplo, dormimos, porque nos interesa descansar, caminamos, porque nos interesa desplazarnos, y así la larga lista de actividades cotidianas necesarias para sobrevivir.
Querámoslo o no, somos interesados, yo soy nadie para juzgar lo bueno o lo malo de los intereses, pero en mi interés piadoso de humanizar un poco, desearía que se transparentaran las cosas, para que de alguna manera, se vaya acabando el estiércol que nos rodea, y nos hace sumergirnos en nuestros suburbios morales hipócritas y cínicos que nos hacen creernos los dueños de la perfección y que no nos interesamos al hacer las cosas. Luego de reconocer que somos interesados, sería “interesante” procurar, que nuestros intereses no fuesen sucios o tan sucios, para así, no seguir ensuciando lo que se resiste a limpiarse, la humanidad.