domingo, mayo 13, 2007

Objetivo mal enfocado


Es raro lo que me pasa, pero cada vez, me desencanto más de mis profesores y quizá de la carrera; digo quizá , porque no lo tengo claro si el desencanto es con la carrera, porque se me provoca una dicotomía entre el disgusto que me provocan las clases, y las ganas de ser pronto un profesional, para poder aportar según yo, al crecimiento de la profesión.

La verdad , que nada garantiza que quien te haga clases sea un buen pedagogo, ni siquiera quienes estudian y tiene como profesión la pedagogía; siento que son muchos los factores que hacen de una persona, un buen pedagogo, o mejor dicho, un buen enseñador. Evidentemente el primer factor y más importante, es el manejo de lo que va a enseñar, y quizá no sea eso, sino que para ser más exactos, la seguridad con la que enseña; el segundo factor, no por eso , menos importante, es la didáctica con la que lo haga, el manejo de los tiempos, la dedicación que le ponga y más importante la pasión que traspase a los estudiantes y finalmente, la empatía con los alumnos. A mi modo de ver, esos son los factores que le incumben a un enseñador; mientras que para terminar de manera exitosa la enseñanza, hay factores que dependen de los alumnos; el más importante, es el gusto por los contenidos que se van a enseñar, segundo, la concentración con la que se va a enfrentar la clase y tercero, la empatía con el profesor. En teoría eso sería algo ideal para que se de un buen aprendizaje en los alumnos. Ahora bien, creo que hay una tercera serie de factores que no dependen ni de los alumnos, ni de los profesores, sino del sistema por llamarlo de alguna manera; el tema de los horarios de clases; una clase por entretenida que sea, por provechosa que pueda ser, si está programada para un día a las seis de la tarde, luego de haber tenido todo el día clases, la verdad que esa clase se transforma en una tortura.

Tengo la sensación que el peso de ser prestigiosos, nos pasa la cuenta, y nos genera un sesgo que no permite la modernización. Es verdad, así nos hemos ganado el prestigio, así lo mantendremos. Sin embargo parte importante de ese prestigio, también ha sido ganado producto de innovar, de generar cambios, es decir, principalmente, por atreverse. Ahora bien, ¿por qué no nos atrevemos en este tipo de ámbitos?
Como están las cosas, me hacen pensar que fácilmente nos pueden sobrepasar, y pero aún , conseguir cosas que los otros consiguen con una mejor distribución del tiempo y de los objetivos. Hay profesores que hacen creer que tiene sus objetivos claros, pero mal enfocados, el hecho de hacer una prueba ultra difícil, porque se piensa (aunque puede ser cierto) que el ramo se toma con poca seriedad, me parece algo mal enfocado, ya que claramente, representa que el pensamiento de ese profesor, es dar un golpe de autoridad quizá, demostrar que su ramo es muy importante, cuestión que no está en duda; es decir, según ese pensamiento, en ningún momento el objetivo es que aprendamos; de pasadita, genera que se produzcan anticuerpos respecto al ramo. Pensar que hacer mierda a los alumnos en una prueba, haciéndolos estudiar hasta el infierno, es sinónimo de calidad, es una pelotudez. A mi no me sirve sabérmelo todo de memoria, si no lo se aplicar, yo voy a rehabilitar pacientes aplicando.
Que otros profesores se jacten que son exigentes, es algo que genera repulsiones, nadie dice que no sean exigentes, nadie quiere las cosas fáciles, solo quiero ser el mejor, y para eso tienen que tener como objetivo enseñarnos de buena manera primero, luego rajarnos en una prueba.
Estoy sintiendo que las clases no aportan nada, nos estamos dando vuelta en lo mismo, y no sacamos nada en limpio. Hay un ramo que nos hacen como 5 profesores, esos son los ramos que yo llamo desastre, porque existe una desorganización mayúscula; por lo general lo hacen médicos, los cuales tienen horarios diversos, lo que hace que las clases por lo general no empiecen a la hora señalada, como son tantos y no son organizados, a veces repiten los contenidos. Además lo que entregan, por muy médicos que sean, no aporta mucho, ya que es algo que sale en cualquier libro relacionado, y siento que lo que necesitamos ahora es practicar, aplicar, demostrar lo que eventualmente sabemos, y lo que aún no sabemos, que mejor que aprenderlo practicando. Por ahí van los cambios, más prácticas, no hacer oídos sordos a los comentarios que dicen que en internado uno se da cuenta que no sabe nada. Eso es lógico, cuando te pasas la mayor parte en la teoría y dejas un mínimo dedicado a la práctica.

En fin, creo que es poca la gente que quiere hacer esos cambios, porque este es un tipo de cambio, en los que se requiere voluntad y si nadie la tiene, ya vendrá uno que si la tiene. Pronto.