viernes, septiembre 29, 2006

Lectora oficial

El éxito de una publicación, es que alguien aparte de su autor y su representante legal, la lea, y esta es escéptica, pero no ajena a esa necesidad de lectura.
Mi mente inquieta piensa siempre en el libro que publicaré, no tengo idea de cuanto saldrá imprimirlo, cuantas copias sacaré, que fin tendrán, y peor aún no se escribir un libro; sin embargo, pretendo, dignamente, morir en el intento.
Psicológicamente he comprometido a varias personas que lean ese libro, a varios se los he ofrecido, y quizá a otros se los venda.
No se quien será el primero en leerlo, no se si alguien lo leerá, es más, no se si existirá libro. Mientras tanto, existe esto para leer algo; peor sería nada (diría alguien que ve el vaso medio lleno).
Si esto, tiene éxito o no, no lo se, pero se que tengo una lectora, la cual se ha autodenominado oficial, y que cuenta con mi beneplácito, para serlo, ya que podría decir, que de ella depende, que el libro de visitas se abulte. Sinceramente, le agradezco, su gesto de ser una de mis lectoras, y agradezco sus gestos en general, ahora bien, le quiero decir, que cuando me vea en la calle, se acerque a saludarme, que se acerque a conversarme y todo eso, que mi cara no representa mi sentir, que siempre será un gusto conversar con alguien que se interesa por lo que uno hace, y que si yo no lo hago, es sólo producto de algo que estoy trabajando, mi timidez.
Espero verla algún día, en una de estas le doy una dedicatoria por adelantado.

lunes, septiembre 18, 2006

Semáforo


Es sábado. Estoy parado en una esquina en contra de mi voluntad, y digo en contra, porque si sigo moviéndome, me atropellarían, es un semáforo el que me indica que debo detenerme.
La diligencia que me han encomendado, es rápida, en fracción de minutos, llevo la tarea hecha entre mis manos, sin embargo, mi record en cuanto a tiempo demorado, se ve truncado cuando la luz del semáforo indica rojo. ¿Y si me hago el daltónico, y esquivando autos, y así consigo la sorpresa de quien espera mi productividad?, sin embargo, ese reconocimiento durará lo que dura el reventar de una ola, y es un record en el que solo participo yo, es decir, no tiene ningún sentido, es solo un producto de mi incesante actividad mental.
El semáforo indica rojo, debo detenerme, lo hago. Logro leer la segunda lectura, eso que se lee con el espejo, y aprovecho mi detención breve (lo que dura el rojo en un semáforo) para analizarme brevemente. Me dejo en pause, mientras analizo mi pasado inmediato y mi futuro inmediato. Logro darme cuenta que el mundo avanza a mi alrededor, que no soy factor, y que pese a que todos tienen sus propios problemas, los míos son muy absurdos, no son merecedores de habitar en mi cabeza, no son dignos de presentarse en la esquina mientras espero que la luz sea verde.
Los autos no paran, ya sea en un sentido o en el otro, la gente tampoco lo hace, aunque mientras los que están a mi alrededor están parados, los que van en perpendicular avanzan, lo que le da continuidad al mundo, un mundo no tan solo contaminado con smog, partículas de polvo y cosas raras que provoquen problemas a los pulmones, sino también extremadamente contaminado acústicamente. Yo soy parte de esa contaminación, y pese a que no contribuyo con contaminación en contra de los pulmones, ni hago ruidos excesivos al caminar, contamino con mi cara de culo. Esa cara de culo que es el reflejo de mi ocupación cerebral de ese momento. Así es, mi cerebro en ese momento está ocupado de un tipo que hace más de mil años atrás creía que la mente estaba en el corazón, o de otro tipo que hace unos 100 descubría con que parte del cerebro hablamos; preocupado que un tipo con un daño en su corteza tanto, va a sufrir ciertos daños que lo harán cambiar su forma de ser; peor aún, estoy preocupado de unos monos que luego de extirparles cierta parte de su cerebro, ahora se ponen hipersexuales y se meten las serpientes a la boca. Estoy loco.
Ese semáforo en rojo, me dio la respuesta a mi cara de culo, mi abulia, mi incapacidad de decisión, mi visión borrosa, y peor aún, de mi aceleración en la vida. Estoy gordito (suena más tierno) quizá hay alguna hueva que obstruya mis venas y me esté quedando la caga en el corazón, y yo, lo agito más , porque tengo que llegar pronto a donde sea, con un objetivo claro, a aprender más de mis preocupaciones cerebrales, que paradójicamente, se tratan de un cerebro. Mi cerebro, estudia y aprende acerca de los cerebros.
Después de todo mi detención me agrada, quiero agradecerle al género semáforo, que hasta ahora, sólo me ha dado cosas buenas (encuentros positivos, observaciones, pensamientos, etc) ; pero ese semáforo en particular, me devolvió un poco de mi tiempo, para dedicarlo a lo que yo quiera, aunque sea para pensar huevadas, pero huevadas que no me las imponen (eso es importante); en definitiva, me devolvió un poco de mi.