sábado, octubre 14, 2006

El nuevo Rocky.


Si en estos momentos, tuviera que explicar mi situación académica, lo ejemplificaría usando al boxeo.

Si sacar una carrera en la universidad, fuera una gran pelea, los contrincantes serían, yo en una esquina, y en la otra , los ramos. Tal como lo harían los presentadores de las grandes peleas, esos que usan un micrófono que está colgando al medio del ring; “ En esta esquina, directamente de su realidad, con 78 kilos de peso, 1.75 de estatura, Daniel Rioseco”, se escuchan tímidos aplausos (rumores de pasillo, indican que son solo los familiares los que generan esos ruidos) “Y en esta otra esquina, directamente de las imposiciones sociales, con 250 kilos de peso, 2.55 de estatura, Malla Curricular”, realmente un mastodonte; a simple vista invencible.
En una entrevista previa, dije que al rival no lo conocía mucho, que peleo con él, porque mal que mal es un platita que voy a recibir si es que gano la pelea, y que de alguna manera tengo que darle de comer a mi familia (esposa, hijos), además, me di cuenta que si no me gustó este rival, el otro, que en el papel era de mayor nivel, me iba a gustar menos, así que de una u otra manera, este era el mal menor.
Es una pelea a 10 round inicialmente, sin embargo, según las circunstancias de la pelea, se puede alargar a más round, con posibilidad de retirarme cuando quiera, cambiar de estadio, o cambiar el rival, pero hay algo que está claro, la pelea va si o si.

El primer round, pese a que golpié 5 golpes, que fueron suaves, recibí uno tan certero que los jueces decidieron alargar mi pelea dos round más. En el segundo, golpié otros cuatro, pero recibí otro, que pese a no ser tan certero me duele y hasta hoy me pena. En el tercer round, me recuperé un poco, y pegue siete golpes, lo que me mantuvo en pie por algunos momentos. En el cuarto, tomo ribetes de desastroso, fue de lo peor, un espectáculo para los asistentes a lo que a esas alturas era una fiesta, para mi rival; pese a que pegué cinco golpes, recibí tres muy certeros, uno de ellos, idéntico al recibido en el segundo round. En el quinto round, no recibí ningún golpe, y de los cinco que yo di, tres fueron en los guantes de mi rival, es decir no provocaron daño alguno. En estos momentos estoy disputando el sexto, del que espero salir victorioso.
En uno de los descansos, me pasaron un espejo, y realmente, mi estado es deplorable, mi rostro se ve algo demacrado, tengo los dos ojos en tinta, pero con uno ya no veo, se me salieron dos dientes de mi mandíbula, y tengo algunos moretones en mi cara. Es cierto, podría estar peor, pero así también, podría estar mejor. Mi entrenador que en este caso es mujer, me ha ofrecido varias veces tirar la toalla, e ir a pelear en ligas menores, con rivales de menor nivel, pero yo aún no me siento derrotado, hay algo dentro de mi, que me hace pensar que debo seguir, que en algún momento le voy a encontrar su punto débil, o lo encontraré descuidado, y que a partir de ese momento, no me parará nadie.
Como un nuevo Rocky, espero sacar fuerzas de flaqueza, pegar un par de golpes certeros, para poder lanzarme al estrellato a partir de este sexto round, y no recibir ningún golpe mas en los 6 round que me quedan (descontando este), para así, salir en andas del ring, y cosechar los logros que mi entrenador a sembrado.
Pese a que no comenzó recién, esto, aún no ha terminado, y yo sigo peleando.

1 comentario:

Cinthya dijo...

hola
pase a visitarte y lei tu post con mucho detenimiento.
Mi opinión sería que no tienes que dejar que te ganen, tienes que luchar hasta el final, la malla curricular no puede ser mas fuerte que tu.
Eso estoy tratando de asimilar yo, porque este otro año entro a la Universidad y ahora estoy en pleno round con la PSU...

Así que fuerza nada mas

abrazos