domingo, diciembre 24, 2006

Navidad

“Por fin estoy de vuelta, hace tiempo que no había tenido el tiempo parta dedicarle a esto, es cierto lo he tenido un poco botado, pero ya estoy de vuelta”. Esa es la típica frase de fotolog, que en lo personal, me causa risa. Pertenezco al grupo de los que no tiene fotolog, pero que no le desagrada mirar el de los demás; sobre todo, el esfuerzo por explicar las fotos que se suben, ese tipo de explicación de figura, al estilo de “ya estoy de vuelta” o “disculpen por tenerlos botados”. En fin, son frases que aunque causan gracia, representan; de ahí que la utilice para iniciar esta publicación.

Dando una vuelta por el centro, no se puede caminar, literalmente no se puede; la gente a la cual pertenezco yo, colapsa las calles de la ciudad, el bulto llamado cuerpo humano, más los bultos de los regalos, hacen que una persona equivalga a tres en una vereda, de esa manera , el trasladarse es casi imposible. Además, se suma el calor, que en conjunto con los tacos, hacen de los días previos a la navidad, algo casi insoportables, esa sensación de derretimiento a medida que estas caminando en ese mar humano, esa sensación que las chalas se quedan pegadas en la vereda, la sensación de caminar sobre agua producto de la transpiración, en definitiva, solo sensaciones desagradables que a la larga, provoca una respuesta adaptativa que genera una especie aversión a la palabra navidad.
Al menos yo, no regalo nada para la navidad, lo que no quiere decir que no reciba regalos, aunque siento que cada año recibo menos. El hecho que no regale, no es por que sea un ferviente creyente que esta fecha se celebra el nacimiento del niño Jesús, y que hemos desvirtuado la fecha, convirtiéndola en el retrato fidedigno del consumismo puro. No, no es por eso. Es porque creo que los regalos no deben tener un día especial, con eso incluyo a cumpleaños, santos y aniversarios, siento que esas fechas, quitan el sentido y la ilusión de la sorpresa, porque se está consciente que se va a recibir regalos; me gusta más la idea de regalar un día cualquiera, cuando antes que un gracias recibes un ¿por qué? , eso lo encuentro entretenido y lleno de magia, la poca magia que queda especialmente en navidad. Además, sea cual sea el regalo, como es algo no contemplado, va a gustar igual.
Es incómodo eso de recibir los regalos y tener que agradecer como libreto de teatro, porque de verdad que parece obra de teatro, hay que prepararse con antelación, hay que relajar los músculos de la cara y afinar la voz, para decir “muchas gracias, no tenía para que molestarse (con una sonrisa hipócrita en el rostro)” Eso lo detesto, pero no puedo hacer nada, así es el mundo y yo soy parte de él.
Desde que vivo en departamento, ya no se hace árbol de pascua; antes, comprábamos pinos naturales y lo arreglábamos siempre en el mismo rincón, que después de estar vacío, se llenaba de regalos. Ahora, con suerte, hacemos pesebre, como para que no se piense que no hay navidad o que somos fríos, como la gente igual piensa, da lo mismo lo que hagamos. Con un 87.3% de seguridad, puedo decir que desde que vivimos en departamento, pasamos la navidad en un lugar que no me gusta. Ahora, ya me apuran para que vayamos donde desde ya, se que no lo voy a pasar bien, no se si lo pase mal, pero bien no lo pasaré.

Y porque todavía me queda un poco de espíritu navideño, le deseo a todos Feliz Navidad.

1 comentario:

cabellosdefuego dijo...

me gusta mi arbol de navidad. tiene luces de colores. ya he mencionado que me gustan las cosas brillantes?